El síndrome de testículo agudo consiste en la tríada: aumento de volumen, dolor e inicio brusco, en ocaciones asociado a síntomas generales como fiebre, vómitos y molestias
urinarias.
Esto puede deberse:
1) Un origen vascular por una torsión testicular, torsión de la hidátide de Morgagni o una hernia inguinal atascada.
2) Un origen inflamatorio como una epididimitis u orquiepididimitis aguda y edema escrotal idiopático.
3) Un origen traumático.
4) Tumores, hidrocele, hematocele, púrpura de Schönlein-Henoch, etc.
Las causas más frecuentes son la torsión de hidátide de Morgagni, la epididimitis y la torsión testicular. La diferencia clínica entre estos cuadros es muy difícil y cualquier examen complementario que demore el tratamiento más de 6 horas de iniciado el cuadro clínico puede determinar un daño irreversible. Luego, si no se puede descartar el
compromiso vascular con la clínica o con la ecotomografía testicular Doppler Color se debe intervenir inmediatamente.
La torsión testicular ocurre por una incompleta fijación testicular, esto puede presentarse a cualquier edad, siendo más frecuente en dos períodos: la vida intrauterina (torsión extravaginal, 5% de los casos) a partir de la semana 28 de gestación, y la pubertad (torsión intravaginal) entre los 8 y los 18 años. Esta torsión es dos veces más frecuente a izquierda.
Entre los factores predisponentes están el traumatismo (20%), la criptorquidia, los tumores testiculares y el antecedente de torsión testicular contralateral previa (30% torsión bilateral asincrónica).
El diagnóstico es clínico con inicio brusco, aumento de volumen, signos inflamatorios locales y reflejo cremasteriano abolido. Si el cuadro es de larga data y tiene compromiso vascular avanzado, el testículo aparece de consistencia dura e indoloro. La ecotomografía testicular con Doppler Color y los estudios de perfusión nuclear son de utilidad, pero de difícil disponibilidad y no descarta en un 100% el diagnóstico de torsión testicular.
Por las gravísimas consecuencias, ante la sospecha clínica y para no retardar el tratamiento, la exploración quirúrgica es obligatoria. Esta consiste en confirmar el diagnóstico, destorsión y fijación testicular bilateral. En el caso de daño testicular irreversible se realiza la orquidectomía y fijación testicular contralateral. El pronóstico depende de la precocidad de la consulta, la sospecha diagnóstica y el tratamiento oportuno. El daño vascular aparece después de 6 horas de iniciada la torsión. En la práctica clínica sólo el 25% de los casos de torsión testicular es tratado a tiempo.